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“El ciudadano ha devenido en consumidor; y cuando el consumidor ya no es rentable, se le aparta y queda fuera de la sociedad”
Consumidores y excluidos, Ignacio Lewkowicz, 2004
A principios del siglo XXI las crisis económicas, causadas por la escasez de agua y combustibles fósiles y por la despiadada especulación de los grandes poderes económ...
“El ciudadano ha devenido en consumidor; y cuando el consumidor ya no es rentable, se le aparta y queda fuera de la sociedad”
Consumidores y excluidos, Ignacio Lewkowicz, 2004
A principios del siglo XXI las crisis económicas, causadas por la escasez de agua y combustibles fósiles y por la despiadada especulación de los grandes poderes económicos, empezaron a sucederse una tras otra. Aunque en un principio la población confió en que las cosas volverían a mejorar, y atenazada por el miedo a quedarse sin nada, agachó la cabeza y aceptó medida tras medida que les iba quitando todos los derechos que habían conseguido con los años, llegó un momento en que el descontento general fue tal que estalló la chispa de la rebelión.
Primero eran una minoría, pero en poco tiempo millones de ciudadanos en todo el mundo salieron a las calles ya sin nada que perder, y tomaron como objetivo todos los poderes políticos y económicos, que se habían mantenido en lo alto de la pirámide como una oligarquía intocable. Hubo guerra, matanzas, anarquía… países enteros fueron casi arrasados. El mundo se estaba haciendo trizas...
Este pack incluye a la nueva facción de los Unami, junto con nuevas miniaturas de los Hijos de la Sangre Negra....
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Sí, podéis jugar nada más y nada menos que con los protagonistas de los cómics de Punkapoclayptic (que por supuesto si no los habéis leído, os recomendamos que os hagáis con ellos en vuestra tienda de cómics favorita, que son sólo dos, baratillos y muy divertidos).
Dan ha superado su prueba de iniciación para formar parte de la banda de la LUNA NEGRA. Su primera misión será acompañar a su mentora Rita a las Minas del Olvido en busca de unos miembros desaparecidos de la banda. Pero el Páramo no está exento de peligros y sorpresas, y en el camino se encontrarán con enemigos y aliados, hasta descubrir un peligro que amenaza con desatarse sobre la Zona de Puentechatarra.
A ver, no os vamos a contar más que ya sería entrar en destriparos lo que pasa en los cómics.
Facción Bestias del Páramo del juego de miniaturas Punkapocalyptic
Encontrar herramientas, armas, vehículos o casi cualquier cosa en el Páramo es difícil y peligroso. Sin embargo, los chatarreros, también llamados carroñeros, se dedican precisamente a eso, buscar entre los restos de las ciudades y los despojos de las Megalópolis y encontrar cosas que puedan vender o intercambiar en algún asentamiento. Son expertos en reparar y “apañar” máquinas, si bien de forma no muy elegante, creando en muchas ocasiones aparatos complejos para resolver tareas sencillas y no lo contrario.
Posiblemente son la facción que más libremente puede moverse por esta zona del Páramo, ya que todo el mundo está interesado en comerciar con ellos para hacerse con materiales, y no es buena idea atacar a quien te los suministra. Eso no es óbice para que alguna vez un grupo de carroñeros pueda ser atacado para robar su mercancía, por lo que si bien no son los mejores combatiendo, disponen de ingenio y aparatos con los que defenderse, y además saben moverse por lugares peligrosos como nadie.
El culto más famoso en la zona de Puentechatarra es el de la Sangre Negra, una congregación que conserva un pozo petrolífero en perfecto estado en un asentamiento fuertemente blindado.
Veneran el petróleo como una fuerza casi mística que provee Tex’co, una especie de deidad. No comercian de ninguna manera con todo lo que extraen del subsuelo, ya que sólo los miembros del culto son dignos de usar sus bendiciones. Si bien a veces solían intentar llevar su palabra por los asentamientos, para conseguir nuevos feligreses, no seguían una política agresiva. Lo que no significa que no estuvieran bien entrenados para el combate, pues eran conscientes de que cualquier banda mataría por conseguir su combustible y tenían que saber defenderse.
Los Idos son el producto de la ahora devastada megalópolis de Liberty City. La Ambrosía, una droga psicotrópica de diseño muy potente, irrumpió en esta sociedad como una bola de demolición. A cada persona la afectaba de forma diferente; había quienes empezaban a tener visiones, alucinaciones, algunos no lo soportaban y se suicidaban, otros sufrían delirios que los hacían caer en la locura y el salvajismo, mientras que otros expandían su mente hasta límites inimaginables, hasta dejar de pertenecer al mundo humano. No se sabe en qué momento exacto se produjo el colapso final, pero los ahora conocidos como Idos fueron formando grupos y acabando con la población que no estaba influenciada por la Ambrosía, y con los otros grupos más débiles.
Ahora recorren el Páramo en busca de víctimas que puedan hacer que lleguen a sentir algo,
Los Irradiados (que se refieren a sí mismos como los Verdaderos Herederos) son una de las facciones más extrañas, aisladas y menos numerosas del Páramo. Su origen se remonta a los tiempos en que las antiguas naciones se enfrentaban entre sí, empleando para ello armamento con un poder destructivo cada vez mayor. En esta carrera por crear artefactos que permitiesen erradicar a sus enemigos, eran necesarios laboratorios y fábricas en los que diseñar y experimentar con nuevas formas de destrucción masiva. La mayor parte de estas instalaciones, situadas en ubicaciones secretas con fuertes medidas de seguridad, sucumbieron, como todo lo demás, en la gran limpieza que se desencadenó tras la creación de las Megalópolis y que terminó configurando el Páramo tal y como ahora lo conocemos. Pero una de ellas, conocida como Aurora, construida dentro de una gigantesca esfera de un material experimental ultrarresistente, sobrevivió a esta catástrofe cuando quedó herméticamente sellada.
Durante generaciones, sus pobladores originales subsistieron, aislados del resto del mundo y de los acontecimientos que sucedieron después, gracias a los sistemas autosuficientes de la base. Sus habitantes, descendientes de una élite de científicos e investigadores, terminaron por convencerse de que eran los únicos pobladores del mundo, del que disfrutarían, por derecho propio, en el momento adecuado. En torno a estas ideas, los habitantes de la base crearon una sociedad sofocrática en la que un consejo, formado por los más sabios, dictaba las normas de la comunidad. Pero con el paso de los años, la corrupción del poder y la falta de contacto con el exterior, terminó por reforzar esta concepción egocéntrica, que tomó tintes seudo religiosos mezclando algunas de las religiones del Mundo de Antaño con sus extrañas creencias. Los ya considerados Verdaderos Herederos estaban convencidos de haber sido designados por una Inteligencia Suprema para representar el resurgir de una nueva y mejorada especie humana, expiada de sus errores del pasado. Establecieron una estricta jerarquía entre sus miembros, y las normas sociales se hicieron cada vez más estrictas conforme su ideología se radicalizaba. Pero por avanzada que fuese la tecnología de la base, el paso del tiempo fue haciendo cada vez más difícil contener las fugas de los reactores nucleares que la proveían de energía. Expuestos progresiva y gradualmente a la radiación, los habitantes, contra todo pronóstico, se adaptaron a este nuevo y letal medio, como siglos atrás había pasado con otras especies animales tras catástrofes nucleares. Sus cuerpos, fruto del contacto con este Maná Sagrado, sufrieron sutiles variaciones, como la coloración de la piel, que tomó tintes fluorescentes, la caída del cabello y una pérdida sustancial de la fertilidad.
Y por alguna insondable razón, ahora su momento ha llegado. Los Irradiados han decidido abandonar su refugio para completar la misión que les ha sido encomendada: hacer el mundo a su imagen y semejanza. Como ya habían vaticinado sus profecías, con la apertura de la esférica base El Nuevo Hombre salió de un Huevo. Y el hecho de que hayan comprobado que en el Páramo existen otros pobladores, sólo significa que estos deben ser erradicados como prueba final de su entrega.
Sumérgete en su trasfondo, desde las terribles peleas del pozo de Sinagua, hasta las peligrosas Colinas del Mordedor. De las ruinas del Mundo de Antaño de Torresbrillantes a Puentechatarra, el mayor asentamiento de la zona.
Recrea enfrentamientos entre bandas en un futuro post-apocalíptico, ya sea en busca de recursos, para conseguir territorios o por el simple placer de zurrarse. Lucha con los Pandilleros, los Mutardos, los Chatarreros, los Hijos de la Sangre Negra o el V Reich.
Punkapocalyptic, es el juego de escaramuzas con miniaturas más macarra y letal.
Miniaturas con múltiples cabezas y armas para poder ser usadas en diferentes facciones. ¡Móntalas a tu gusto!
Si bien el Páramo es un lugar peligroso y lo habitual es que la gente se junte en bandas para poder sobrevivir, algunos individuos sobresalientes van por libre y pueden permitirse ofrecer sus servicios al mejor postor. En su mayoría son mercenarios sin ninguna afiliación, que habitualmente sólo trabajan para quienes les pongan más balas encima de la mesa. Aunque siempre hay otros motivados por criterios diferentes, como puede ser ayudar a los más necesitados o quienes lleven las ropas más molonas.
Nadie sabe cómo ni por qué comenzaron a surgir los primeros mutardos. Posiblemente, todos los productos químicos y radiación que había en el ambiente del Páramo tuvieran bastante que ver, sin descartar experimentos de investigación genética de la gente de las Megalópolis, o simple selección natural. La cuestión, es que se trata de gente con mutaciones extrañas como un tercer brazo, escamas o cuerpo de babosa.
Los mutardos no suelen ser demasiado populares, pasando de la aceptación de mala gana en algunos asentamientos, a ser objeto de cacerías en otros. Algunos con pequeñas taras tratan de ocultar su condición a los demás, y otros están tan alejados de la humanidad que no son aceptados ni siquiera en los lugares más liberales. Gran parte de ellos, han fundado su propios asentamientos o bandas, bien para vivir tranquilos o por creerse la siguiente escala en la evolución.
Los mutardos no suelen estar muy bien equipados, ya que en general la gente prefiere no comerciar con ellos, pero cuentan con una variedad de mutaciones que puede contrarrestarlo.
La vida en el Páramo es dura, y si no quieres o puedes permanecer en un asentamiento, lo normal es agruparse. Los pandilleros son posiblemente la facción que más habitualmente puedes encontrar en esta zona del Páramo, desde bandas de saqueadores a justicieros. Hay grupos que se dedican a atacar asentamientos y asaltar viajeros en busca de balas y gasolina, algunos que actúan como mercenarios, realizando encargos para caciques o simplemente labores de vigilancia de los alrededores de algún asentamiento, y otros que recorren el Páramo como espíritus libres, aprovechando la fuerza del grupo para tener más posibilidades de sobrevivir.
Hay bandas de pandilleros que siguen un estilo propio y definido, como puede ser usar el mismo tipo de ropajes, llevar unos tatuajes identificativos o afeitarse media cabeza. Otras son totalmente heterogéneas, sin necesidad de mostrar ninguna marca de tribu.
Banda Troupe para el juego de miniaturas Punkapocalyptic
Toda civilización tiene a sus hijos rebeldes, y la Megalópolis de Liberty City no podía ser menos. Aunque en general los habitantes de ese lugar vivían la mar de cómodos en su ciudad rodeados de todo tipo de lujos y sin ninguna gana de poner un
pie en el desagradable Páramo, a lo largo de los años algunos habitantes jóvenes comenzaron a criticar esa vida tan falsa y abogaban por volver a la naturaleza. No dejaban de ser un grupo molesto de hippies veganos abrazaárboles a los que ignorar y de los que reírse un poco, hasta que, como suele pasar en estos casos, a alguno se le fue la pinza más de lo permitido y mató a unas cuantas personas en nombre de su causa. Obviamente se le ejecutó, pero al resto de desarrapados les dieron la oportunidad de largarse al Páramo o seguir su mismo camino. Así que con esas opciones, la elección estaba clara.
En su idea de mantenerse en comunión con la naturaleza decidieron seguir una vida rupestre y natural, como habían hecho los auténticos habitantes de este territorio, los antiguos nativos americanos de los libros que vivieron en sus tiempos en la zona. La idea de bailar con lobos y convertirse en pequeños grandes hombres parecía molona y muy zen. Así que qué mejor opción que asentarse en el lugar donde las tribus vivieron en armonía, un auténtico asentamiento tradicional indio… un antiguo casino. Lo que no sabían, era que ese casino estaba edificado sobre un antiguo cementerio de los indios lenape, que a su vez había sido elegido como hogar por una enorme abominación mutante. Una enorme criatura tentacular con potentes poderes mentales, que había sentido la mezcla de sentimientos de los difuntos indios que aún resonaban como un eco psíquico en forma de lo que podríamos definir espíritus. Su mente se había fusionado de alguna forma con las de los difuntos, y ahora que habían llegado visitantes, vio claramente que debía recuperar al antiguo pueblo, lo que se vio ayudado por las ideas de esta panda de perroflautas.
Sin que fueran conscientes de ello, poco a poco las mentes de estos nuevos visitantes fueron mezclándose con las de los difuntos Lenape del cementerio, los antiguos habitantes del casino y la criatura psíquica. De esta manera se ha formado una retorcida amalgama en los cerebros de cada habitante, donde aunque cada uno conserva cierto individualismo, todo el grupo está conectado, formando la tribu Unami, que intenta seguir “a su manera” las antiguas costumbres de los Lenape. Majauchsuwi, que significa unión, o ser una mente, es a la vez el nombre con el que la tribu se refiere a este lugar y a la criatura que lo controla, puesto que son incapaces de distinguir ambos conceptos.
Hasta ahora los Unami estaban felices en su territorio, protegiéndolo fieramente, pero sin ninguna intención de salir de allí. Sin embargo, algo terrible parece haberse despertado llegando a asustar a Majauchsuwi, por lo que ha empezado a mandar a su gente a recabar información,luchando por ello si es necesario.
No se sabe a ciencia cierta quién fundó el V Reich que actúa en los alrededores de Puentechatarra, pero sin duda fue alguien que dió con un filón de libros de Historia del siglo XX y le patinó la neurona concretamente con toda la parafernalia nacionalsocialista del fascismo europeo de los años 30 y 40. Apartándose de la actitud y las pintas más anarco-punk de los pandilleros corrientes, esta persona fundó una organización altamente militarizada, organizada y jerarquizada, haciendo acopio de una gran cantidad de material bélico en un asentamiento con aspecto de fortaleza al que bautizó como Festung Germania. Como los libros del Mundo de Antaño hablaban de fechas muy antiguas, y ante la duda de si había habido otro Reich posterior al tercero del que tanto había leído en ellos, la bautizó como V Reich por si las moscas.
Punkapocalyptic
“El ciudadano ha devenido en consumidor; y cuando el consumidor ya no es rentable, se le aparta y queda fuera de la sociedad”
Consumidores y excluidos, Ignacio Lewkowicz, 2004
A principios del siglo XXI las crisis económicas, causadas por la escasez de agua y combustibles fósiles y por la despiadada especulación de los grandes poderes económicos, empezaron a sucederse una tras otra. Aunque en un principio la población confió en que las cosas volverían a mejorar, y atenazada por el miedo a quedarse sin nada, agachó la cabeza y aceptó medida tras medida que les iba quitando todos los derechos que habían conseguido con los años, llegó un momento en que el descontento general fue tal que estalló la chispa de la rebelión.
Primero eran una minoría, pero en poco tiempo millones de ciudadanos en todo el mundo salieron a las calles ya sin nada que perder, y tomaron como objetivo todos los poderes políticos y económicos, que se habían mantenido en lo alto de la pirámide como una oligarquía intocable. Hubo guerra, matanzas, anarquía… países enteros fueron casi arrasados. El mundo se estaba haciendo trizas...